sábado, 22 de diciembre de 2007

Discusion en la escuela

Era lunes a las siete de la mañana en la escuela Fernando Rosas. Los últimos niños entraban a la escuela somnolientos y desalentados por haber empezado la semana con un llamado de atención.

-Manuel venga para acá – grito el Coordinador de disciplina, llamando a un niño de unos once años, que había tratado de escabullirme de la reprimenda.

Manuel giro poco a poco, mirando el piso, e imaginándose el rostro del Coordinador con sus enormes gafas de miope. Con sus ojitos detrás de los lentes escudriñándole hasta el más pequeño error en su presentación.

-Ya es la tercera llamada de atención en este mes señor; y solo llevamos una semana de él – grito el Coordinador.

-Lo siento, pero es que… - rápidamente invento una excusa- no vivo cerca. Usted lo sabe muy bien, entonces… no alcanzo a llegar temprano.

-Entonces debería levantarse más temprano, al que madruga dios le ayuda. No se como va a sobrevivir en este mundo. Acompáñeme a la oficina. –Dicho esto, se acerco al portón de entrada y se lo tiro en las narices a una niña que venia corriendo. Luego tomó a Manuel fuertemente del hombro y lo condujo quedamente hacia la oficina.

Manuel se sentía como un pequeño insecto en las amplias sillas de cuero de la oficina del Coordinador. Se sentaba en el borde, apoyando las manos en el escritorio para que en el momento que el traga moscas de cuero atacara, él pudiera escapar. El coordinador estaba hablando con la madre de Manuel por el teléfono. Por el tono triunfante y descansado de las gafas con cuerpo, era evidente que la madre estaba disculpándose por la actitud de su hijo, y se quejaba de que ya no sabia que hacer con él.

Al colgar el teléfono, los pequeños ojos del Coordinador se quedaron estáticos sobre Manuel, que ya había escapado del primer ataque del traga moscas. Sin mover los ojos sacó una carpeta del escritorio y dijo:

-Lleva cuatro logros perdidos este bimestre. Usted es algo… vago. Dígame ¿Por qué no le gusta estudiar? – pregunto acechando al niño desde el otro lado del añejo escritorio de roble.

Manuel sin pensarlo respondió:

-Por que no se para que sirve

El coordinador miro sarcástico al insecto, y pensó brevemente como podría iluminar con su conocimiento a este pequeño ignorante.

-¿Cómo así que para que sirve? El estudio sirve para aprender todos los conocimientos que ha creado el hombre. Todo, las matemáticas, las ciencias. El que estudia comprende mejor las cosas, las ve de mejor manera, tiene más conocimiento- recitó el Coordinador entusiasmado mirando hacia el techo.

-Pero… ¿y eso que me importa? Acaso no puedo vivir, sin conocer las cosas, hay miles de personas que no han estudiado y siguen allí, viviendo.

-Hay Manuel ¿acaso no quisiera avanzar en su vida? Vivir mas cómodamente, tener un futuro. Para esto también sirve estudiar. Para llegar lejos, cuando termina el colegio hace una carrera y consigue un buen trabajo. En cambio si no lo hace se quedara viviendo mal y luchando día a día por un sueldo miserable ¿quiere eso? Por eso tiene que educarse.

-La verdad señor, tal vez no quisiera eso. Pero si el estudio solo sirve para ganar dinero es más tonto de lo que pensaba. Además eso que usted dice de educarse no tiene sentido, por que en mi casa también me educan. No ve que mi mama me dice que no entiende por que soy así. Que parece que me hubieran educado en el monte.

-Bueno si, en su casa también lo educan. Pero ¿usted no quisiera ser presidente de la republica? Con lo que le enseñan en su casa no podría serlo.

Manuel se rasco la cabeza y se imaginó como presidente de la republica, apareciendo en la tele y mandando.

-Pero para que quiero ser presidente, todo el mundo se quejaría demasiado de mí, y me echaría la culpa de todo. Además mi mama siempre me dice que los presidentes envejecen mas rápido que todo el mundo, y no son felices. Yo solo quiero ser feliz.

-Esta bien, no sea presidente; pero igual para ser cualquier cosa necesita educarse.

-Y… ¿para ser feliz? No veo en ningún lado eso, el conocer las matemáticas y las ciencias no me motiva en nada eso. Por ejemplo en ciencias sociales, estudiamos la historia de América, pero lo único que hace es entristecerme.

- ¿si? Por ahí dicen que el que no conoce su historia esta condenado a repetirla. Por eso debe conocer esa historia para que en un futuro no la repita y pueda ser feliz.

-Bueno por ahí ya es distinto. Pero eso nunca me lo han enseñado solo se fechas y nombres, que no tienen ningún sentido. Pasa lo mismo con las otras materias ¿Por qué no nos lo enseñan?

El Coordinador giro sus ojos por las cuencas. Agarrando los tres pelos en su calva. Se paro de la silla rodeo el escritorio y llevó a Manuel de la oficina directo al salón de clases.

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