sábado, 14 de julio de 2007

Mi Gato

La oscuridad. La noche. La lluvia clap, clap, clap. Solo y narcotizado. Osiris no ha vuelto hoy, seguramente debe estar engañando una gata con sus palabras rotas con olor a alcohol antiséptico, a ven nena nos rascamos juntos que quiero oírte maullar toda la noche y ensoparme con el clap miau que se cuela por entre mis orejas.

Sigue lloviendo. Llueve como si aun hijueputica se le hubieran descocido las lágrimas y las juntara con babas y solo nos mirara. Tendido en el suelo observo el techo, un bombillo marca phillips y el humo del cigarrillo que se introduce y se escapa de mi mano izquierda. Huele a viejo estas solo y el auricular del suicidio no timbra para distraerte. Alzo la mirada y la habitación parece mi carrera 22 entre calle 25 y 26. Mi carrera 22 que la rodean dos cementerios. Mi carrera 22 por la que flotan almas judías y cristianas, que van para la misma mierda, el mismo cielo. Mi carrera 22 que ahora no es más que un parque para vivos construido sobre difuntos.

Puta vida. Casi me quedo dormido y el cigarrillo prendió la mitad de la cobija de tigres azules y negros y amarillos, color tristeza. Corro a la cocina y lleno un balde con agua para apagar el fuego. Shiff. Humo, mucho humo. Corro a la ventana para sacar la cabeza. Humo, mucho humo. Mis ojos comienzan a destilar tristeza. Descanso. Mi noche se torna humo, mucho humo clap, clap. Vuelve todo a la calma. Cierro los ojos observando como retorna Osiris.