miércoles, 15 de junio de 2011

Thames

Un señor con tantos años se detiene a mi lado. Le doy una seca a mi pucho y de repente vemos como nuestras miradas se topan. Pasa una mujer esbelta con un gorro de lana sobre su cabeza que… hasta la altura de sus orejas. Me mira y sonríe. Esa mujer me acuerda de mi madre en los años 30, por ese entonces las mujeres llevaban los gorros así, me dice el anciano mientras en sus manos sostiene un par de bolsas. Me rio y solo atino a decir que la moda se reinventa pero no cambia. Es cierto, replica él. Agrega: por eso nunca hay que tirar la corbata, y lo dice al tiempo que señala su cuello. Sonríe y camina en dirección opuesta a Santa Fe.

Entre tanto veo como el sombrero de los 30 se desaparece por el Thames que hoy abundó de lluvia el pasaje de los libros. Dentro la voy a encontrar y muero por entrar a verla sin sombrero.

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